La flora intestinal te hace feliz!

30 diciembre 2021

Parece increíble, pero es cierto. La flora intestinal te hace feliz. Según los últimos estudios en neurociencia, la microbiota regula nuestros estados de bienestar y felicidad.

Casi el 90% de la producción de la serotonina es producida por los probióticos en el intestino. Por esta razón nos debemos propiciar un estilo de vida saludable que favorezca la aparición de una abundante y fuerte flora bacteriana. Condición fundamental para una potente comunicación intestino-cerebro.

Los órganos se comunican entre sí.

Estudios de la neurociencia han revelado que el cuerpo posee sentidos que le permiten obtener información del exterior y sentidos para obtener información del interior.  Estos últimos son un complejo sistema de comunicación que permite el intercambio permanente de información entre los órganos.  Cada órgano del cuerpo envía y recibe información del cerebro, comunicando su estado y funcionamiento a través del sistema interoceptivo. 

El sistema interoceptivo, el séptimo sentido!

Este sentido es exclusivamente interno, es la percepción del estado de los órganos internos del cuerpo, que experimentamos en forma de sensaciones. 

Este conjunto de  células especializadas o receptores que se encuentran ubicadas en casi todos los tejidos del cuerpo: corazón, pulmones, estómago, vejiga, genitales, músculos, piel, huesos, etc. Son receptores, recopilan información y la envían a través del nervio vago a un área del cerebro llamada ínsula.  La corteza insular, especialmente su porción más anterior, está relacionada con el sistema límbico. La ínsula se está convirtiendo en el foco de atención por su función en la experiencia subjetiva emocional y su representación en el cuerpo.

Las células sensoriales del sistema intero-receptivo reciben todas las señales y las integran en el hipotálamo; allí se “fabrican” las sensaciones “sed”, “hambre”, y nuestro cerebro usa la información entrante para ayudar a identificar condiciones como dolor, hambre, saciedad, picazón, frialdad, náuseas, esfuerzo físico, excitación sexual, ira, calma, etc. Esta información tiene prioridad para el cerebro y sirve para decirnos cómo nos sentimos.

 

Esto ya nos da pistas de porqué si las tribus de bacterias que conforman nuestra microbiota están felices, nuestro cerebro leerá FELICIDAD, y así hará actuar al resto de órganos.

Intestino sano – cerebro feliz

La comunicación que se establece entre el intestino y el cerebro

El estudio y análisis de la microbiota ha permitido comprender cómo el intestino se comunica con el cerebro a través de los mecanismos de la interocepción y aporta datos sobre su estructura y estado. Pero también reporta sobre la relación simbiótica que existe entre la flora bacteriana y su funcionamiento.  Esta comunicación se produce a dos niveles: a un nivel bioquímico y a un nivel electromagnético.  La novedad es que se ha determinado que:

  • La flora bacteriana realiza un conjunto de acciones que benefician la salud.
  • El cerebro y el intestino son sistemas electromagnéticos que se relacionan mutuamente, y 
  • El sistema electromagnético del intestino determina el funcionamiento del cerebro. Y lo hace a través de la regulación de las ondas Alfa.

En otras palabras, cuando el intestino funciona correctamente el cerebro funciona a plenitud.  Y se expresa en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo.

Somos holobiontes

Los holobiontes son entidades formadas por la asociación de diferentes especies que dan lugar a unidades ecológicas. Los seres humanos somos seres holobiontes porque en nuestros cuerpos cohabitan una cantidad enorme de microorganismos. Todo nuestro intestino está cubierto de hasta 2 kg de seres pequeñísimos: bacterias, levaduras y demás, que habitan en nuestro Colón.  Tenemos microorganismos que habitan y se depositan en diferentes pliegues importantes de la piel. Muy importante es la microbiota bucal y la microbiota uro vaginal. A eso es lo que le llamamos normalmente la probiótica

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Probióticos

Los probióticos pueden definirse como microorganismos vivos que, ingeridos en cantidad adecuada, ejercen efectos beneficiosos en la salud, más allá de los inherentes a la nutrición básica.  Los beneficios incluyen:

  • Inducción a pH inferior a 4, 
  • Inhibición del crecimiento de bacterias patógenas, 
  • Producción de ácido láctico, 
  • Disminución de la permeabilidad intestinal, 
  • Aumento en la actividad de la lactasa, 
  • Efecto competitivo en otras bacterias patógenas, 
  • Reducción en el tiempo de eliminación de rotavirus, 
  • Incremento en la producción de los linfocitos T helper, y 
  • Aumento de la inmunoglobulina A secretora. 

Las bacterias interactúan con nuestros sistemas 

La neurociencia, afirma la Dra. Nazaret Castellanos, Directora de investigación del laboratorio Nirakara, ha determinado que las bacterias del intestino interactúan con nuestro sistema endocrino, con nuestras hormonas, con nuestro sistema inmune y con nuestro sistema nervioso. Es muy importante estudiar cómo esas bacterias, que están en nuestro intestino, regulan las actividades de nuestras neuronas. Este es el fundamento de la neurociencia del bienestar.

Conoce más sobre las bacterias que forman nuestra microbiota en este artículo

https://www.koanclub.com/el-poder-curativo-de-la-colaboracion-1a-parte-la-teoria-de-la-bacteria/

La neurociencia del bienestar

La nueva ciencia que nos habla de nuestros hábitos saludables. Porque la microbiota que tenemos en el cuerpo está muy influenciada por nuestro estilo de vida. La dieta, el ejercicio físico que hacemos, los niveles de contaminación que hay en nuestro entorno, hasta por la forma en que nacimos. La manera cómo gestionamos nuestro estrés afecta nuestra microbiota, la cual es tremendamente sensible al cortisol, esa sustancia que manda la pituitaria. La cual al llegar al intestino genera toda una reorganización. La interacción intestino-cerebro revela el impacto que tiene nuestro estilo de vida dentro de nosotros.

Las microbiotas regulan las neuronas

Está sólidamente demostrada la comunicación  bioquímica entre nuestro intestino y nuestro cerebro. Los neurotransmisores en el cerebro, esos paquetes de información que se pasan las neuronas unas a otras, está muy regulado por la actividad de nuestra microbiota. En especial, con el neurotransmisor de la serotonina que también se llama hormona o neurotransmisor de la felicidad. Casi el 90% de  la serotonina se producen en el  intestino llega al cerebro y por tanto cambia la comunicación de nuestras neuronas.

En  KŌAN Club te brindamos la asesoría necesaria para alcanzar un estilo de vida saludable que favorezca la salud y la alegría en tu vida.

 

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