El estrés, regulador de nuestras hormonas

7 abril 2022

En muchas ocasiones nos hemos referido al estrés desde distintas perspectivas y en sus distintas fases. En esta oportunidad en KōAN CLUB hablaremos del estrés y el sistema endocrino. El estrés es un estado de alerta que nos prepara para afrontar un riesgo emocional o físico. Es un mecanismo producido por el sistema nervioso autónomo, en particular por el sistema nervioso simpático. Contrario a lo que muchas personas piensan, el estrés no puede evitarse. 

 

Es una reacción natural inconsciente producida por la percepción de riesgo físico o emocional de cada persona.  Esta reacción prepara nuestro cuerpo para que tenga el tono muscular, el nivel de atención y concentración adecuado para realizar una tarea.

Sin el estrés no podría realizar una prueba, conducir, participar en un juego, practicar un deporte o comunicarnos correctamente en un encuentro social, por ejemplo.

 

El ciclo del estrés

El síndrome   general   de adaptación o lo que actualmente se denomina estrés, presenta tres etapas: reacción de alarma, estado de resistencia y fase de agotamiento.

Reacción general de alarma

El organismo, afectado por las circunstancias, produce una respuesta fisiológica. En condiciones normales el estado de alerta eleva la capacidad de respuesta del cuerpo al máximo y al desaparecer la amenaza,  vuelve a la normalidad. Es  una  expresión  general  de  alarma  del organismo  cuando  se  enfrenta  a  una situación  crítica inesperada.

 

Estado de resistencia

Cuando el estímulo que origina el estrés se mantiene prolongadamente el organismo prosigue su adaptación. Busca de distintas formas  alcanzar un equilibrio entre las capacidades del cuerpo y la fuerza del estímulo. En éste período es posible que su capacidad de respuesta disminuya. Sin embargo, si logra adaptarse el cuerpo se ajustará a las nuevas circunstancias sin mayores consecuencias.

Fase de agotamiento

Cuando las condiciones que generan el estrés se mantienen por mucho tiempo el cuerpo va perdiendo su capacidad de resistir.  Llegando al punto en que agota  sus reservas con pérdida importante de las capacidades fisiológicas. Cuando la tensión nos rebasa, provoca una tensión desagradable y afecta nuestro equilibrio psicofisiológico, desencadenando la sobrecarga alostática. 

Carga alostática

La carga alostática es la capacidad genética que tiene el cuerpo de hacer mover el sistema simpático para adaptarse.

El problema es que la capacidad de adaptación del organismo es limitada y  los estresores son muchos y muy altos. Cuando nos sometemos al estrés muy seguido se dan procesos  de sobre-adaptación aumentando  el funcionamiento del sistema nervioso simpático. Pero el sistema nervioso autónomo está compuesto de dos subsistemas que se complementan y regulan entre sí: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Estos sistemas deben estar en armonía. Si el sistema nervioso parasimpático –que regula y baja la presión arterial, las pulsaciones y frecuencias respiratorias– no se mantiene igual, se  incrementan  los  riesgos. Es decir, la sobrecompensación del sistema nervioso simpático termina siendo contraproducente.

Clasificación del estrés

Las experiencias del  estrés han sido clasificadas en dos grandes tipos. El estrés o la tensión positiva/buena o “Eustrés” y la tensión  negativa/mala o “Distrés”.

Eustrés

Esta tensión  provoca una adecuada activación del cuerpo y de la mente, necesaria para culminar con éxito una prueba o situación determinada. Es un estado normal y deseable porque gracias a ella podemos desenvolvernos en nuestra vida diaria. Es una reacción de carácter adaptativo ante las demandas de carácter social o las amenazas del entorno. Cuando aparece el estímulo real o imaginario el sistema simpático desencadena una reacción hormonal hasta el máximo de su capacidad para luego entrar en reposo, siempre y cuando el estímulo o estresor desaparezca.

Se le denomina positivo porque nos obliga a:

  • Estar  en alerta y resolver  nuestros problemas lo más rápido posible.
  • Tener la energía y vitalidad que necesitamos para cumplir las  actividades físicas requeridas.
  • Nos obliga a ser proactivos y orientados al cambio.
  • Aumenta nuestra productividad.
  • Nos hace sentir que tenemos el control de las situaciones por lo que mejora nuestra estabilidad emocional.
  • Nos ayuda a ser más creativos en la manera de afrontar nuestros problemas.

Distrés

En ocasiones comenzamos a acelerar nuestro ritmo de vida y empezamos a cumplir distintas funciones al mismo tiempo. Esto nos coloca en una situación donde recibimos muchas exigencias, algunas de ellas las resolvemos satisfactoriamente, pero otras se nos quedan en el perchero. Cuando tenemos una tarea pendiente (estímulo estresor) prolongamos la tensión psicológica, física y emocional por más tiempo. Entonces el sistema nervioso simpático trata de mantener el cuerpo y sus funciones en un estado adecuado para seguir controlando la amenaza,es decir, resistiendo.  A este nivel ya el cuerpo había llegado al máximo de sus capacidades y en éste momento comienza a perder condiciones.

Luego de un  tiempo razonable, si el estímulo estresor no desaparece, nos va a rebasar, provocando una tensión desagradable y afectando nuestro equilibrio psicofisiológico. Cuando  la  demanda  estresante,  externa  o  interna  es  superior  a  la  capacidad de respuesta, se presenta la sobrecarga alostática.  Éste estado  se asocia  con enfermedades   psiquiátricas, obesidad, diabetes, síndrome  de  ovarios  poliquísticos,  afecciones cardiovasculares,  hipertensión,  adicciones, úlceras,  enfermedades  autoinmunes,  etc.

 

El distrés se divide a su vez en dos tipos:

Agudo 

Es una reacción disfuncional, desagradable e intensa que comienza después de un acontecimiento traumático y que se prolonga durante menos de un mes. Varias  enfermedades  se  relacionan  con  el  estrés  agudo. Algunas son:  úlceras  gástricas,  estados  de  shock,  estrés  postraumático y depresión obstétrica, estados posquirúrgicos, quemaduras e infecciones severas, etc. 

Crónico 

Es el estrés que se prolonga por más de quince días. Las limitaciones en la calidad de vida como el desempleo, la familia disfuncional, personas tóxicas,  separaciones matrimoniales, la violencia, etc,  son estresores crónicos. Varias son las enfermedades que pueden relacionarse con estrés crónico.

Algunas son:  intestino  irritable, ansiedad  generalizada,  insomnio,  cefalea  tensional,  disfunción eréctil,  enfermedades  cardiovasculares  y  tendencia  a  las  adicciones.

El papel del  sistema endocrino en el estrés

El sistema nervioso central es el que se percata de la existencia del estresor y detona el estado de alerta, activando el sistema nervioso simpático. Este se interrelaciona con el sistema endocrino. El sistema endocrino es el conjunto de órganos que a través de las hormonas y otros químicos regulan el correcto funcionamiento de los órganos. Fisiológicamente, el estrés puede ser definido como una circunstancia que saca de balance  homeostático a nuestro organismo.  Y nuestra respuesta al estrés es el intento de nuestro cuerpo por restablecerlo. Esto se alcanza mediante la acción del sistema endocrino. 

El sistema endocrino

El sistema endocrino  origina la secreción de algunas hormonas, la inhibición de otras y la activación de ciertas estructuras del sistema nervioso. La respuestas fisiológica de nuestro cuerpo al estrés es básicamente la preparación de nuestros músculos para la acción, brindándoles energía.

 

Para ello la glucosa y las formas simples de proteínas y grasas se liberan de los adipocitos (células grasas) y el hígado. Son llevados a los músculos por la sangre mediante un aumento en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria

 

Toda la energía se concentra en lo que está pasando aquí y ahora. Por ésta razón se inhiben los procesos de la digestión, el crecimiento, la reproducción. Disminuye también la síntesis de proteínas. La inhibición de proteínas afecta la reparación de tejidos, la formación de anticuerpos del sistema inmune y la elaboración del esqueleto neuronal. 

 

Las funciones sexuales están disminuidas en ambos sexos. Las mujeres bajan sus posibilidades de ovular y llevar un embarazo a término, y los hombres tienen problemas con la erección y los espermatozoides. Además de estos cambios, nuestra percepción del dolor se altera, al igual que nuestras habilidades cognitivas.  

 

La activación del sistema nervioso simpático aumenta la vigilancia, la motivación y la activación general. Cuando se activa este sistema el hipotálamo desencadena la activación de las glándulas suprarrenales, liberan adrenalina y noradrenalina. La otra mitad del sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso parasimpático, se ve inhibida. Este sistema media las funciones vegetativas que promueven el crecimiento y el almacenamiento de energía. Todas estas reacciones son producto de la producción o inhibición de las hormonas secretadas por el sistema endocrino. 

La obesidad y el estrés

Las investigaciones revelan que una vez superados el tiempo de inhibición del sistema digestivo,  2/3 de las personas presentan hiperfagia (comer más que lo habitual). Por lo contrario,  1/3  de las personas presentan hipofagia (comer menos). Esto se debe a que luego que consumimos todas nuestras reservas de energía se almacenan los nutrientes circulantes y se busca reponer los consumidos. Y ese apetito es  preferentemente por comidas que repongan rápidamente los niveles de energía consumidos durante la respuesta al estrés:  dulces y grasa. Cuando el estresor se mantiene en el tiempo se pierde el apetito. 

Controlar el estrés

Como hemos señalado anteriormente, el estrés es una respuesta inconsciente, natural e inesperada ante una situación o estímulo. Y aunque es inevitable puede ser controlable. Para ello se hace necesario comenzar a identificar las circunstancias, emociones y estímulos que afrontamos diariamente. Por eso en KōAN CLUB  contamos con un área de transformación consciente para ayudar a las personas a empoderarse de sus emociones y manejarlas adecuadamente con la intención de  transformar sus vidas positivamente.

Te enseñamos a prevenir el estrés en todas sus dimensiones y a protegerte de sus implicaciones físicas, emocionales y psicológicas.

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