Efectos del estrés en el cuerpo – EL INTERSTICIO

10 mayo 2022

El estrés afecta a todos los sistemas del cuerpo, incluidos los sistemas musculoesquelético, respiratorio, cardiovascular, endocrino, gastrointestinal, nervioso y reproductivo.

 

Nuestro cuerpo está preparado para manejar el estrés en pequeñas dosis, pero cuando este estrés se convierte en algo prolongado o crónico, puede tener graves efectos en nuestro organismo.

Hola, soy Irene de la Rosa, y hoy os quiero hablar de como afecta el estrés a cada uno de los sistemas que componen nuestro fabuloso cuerpo humano y qué podeos hacer para surfear esas oleadas de estrés y mantenernos en equilibrio, generando así un estado de bienestar continuo que nos aportará felicidad en todos los aspectos de nuestra vida.

 

 

 

Sistema musculoesquelético

Cuando el cuerpo está estresado, los músculos se tensan. La tensión muscular es casi un reflejo del estrés y es la forma que tiene el cuerpo de protegerse contra las lesiones y el dolor.

Cuando el estrés aparece de forma repentina, los músculos se tensan de golpe y luego, cuando pasa el momento de estrés, se liberan de nuevo. Pero si el estrés se convierte en crónico hace que los músculos del cuerpo estén en un estado más o menos constante de vigilancia. Cuando los músculos están tensos durante largos periodos de tiempo, generan contracción permanente del INTERSTICIO, que es tejido conectivo conformado por una monocapa celular que rodea casi todos los órganos del cuerpo como los pulmones, piel, tracto digestivo y arterias y que está conformado por colágeno y elastina. El Intersticio es el responsable de producir buena cantidad del líquido que forma parte del sistema linfático. El sistema encargado de limpiar la basura del organismo manteniendo así los órganos limpios para que puedan realizar sus funciones correctamente.

Así pues, podemos entender la lógica de que para que nuestros órganos puedan hacer sus funciones correctamente debemos surfear las olas de estrés y mantenernos en estado de calma, en estado KōAN, escuchando nuestro nuestro interior y detectando las alarmas que nos indican que estamos sobrepasando el límite. Solo así, conectándonos con nuestras células, seremos capaces de mantenernos en equilibrio, y por lo tanto sanos.

Además cabe decir, que el colágenos es la base de la vida, la proteína más abundante en tu cuerpo. Es el componente principal de los tejidos conectivos que conforman varias partes del cuerpo, incluyendo los tendones, los ligamentos, la piel y los músculos.

El colágeno desempeña muchas funciones importantes, como proporcionar estructura a la piel y fortalecer los huesos.

Así pues, tu mism@ puedes darte cuenta de la importancia de mantener los niveles de colágeno y elastina con la alimentación, suplementación siempre de la mano de un  bio:médico, terapeuta o nutricionista y con la gestión del estrés para no consumirte a ti mism@ que eres casi tod@ colágeno!

 

Sobre el Intersticio:

Los científicos de la University School of Medicine de Nueva York incluso consideran que esta red puede dar lugar a que otras graves enfermedades se propaguen a través del intersticio, como puede ser el caso del cáncer. Consideran que podría ser una explicación más de cómo las células cancerígenas son capaces de desplazarse entre órganos velozmente. Esto explicaría por qué este tipo de enfermedades en determinados órganos se propagan más rápido que en otros.

 

intersticio

 

Causas y Dolencias generadas por estrés crónico o intersticio contraído.

Por ejemplo, tanto la cefalea tensional como la migraña están asociadas a la tensión muscular crónica en la zona de los hombros, el cuello y la cabeza. El dolor musculoesquelético en la parte baja de la espalda y en las extremidades superiores también se ha relacionado con el estrés, especialmente con el estrés laboral, además de los miedos asociados al estrés: miedo a no dar la talla, miedo a no avanzar, miedo a cambiar de trabajo, miedo a expresarse libremente tal y como uno es y piensa…

 

Millones de personas padecen cuadros dolorosos crónicos secundarios generados por el estrés. A menudo, pero no siempre, puede haber una lesión que desencadene el estado doloroso crónico. Lo que determina que una persona lesionada pase a sufrir dolor crónico es la forma en que responde a la lesión. Las personas que tienen miedo al dolor y a volver a lesionarse, y que sólo buscan una causa física y una cura para la lesión, suelen tener una peor recuperación que las personas que mantienen un cierto nivel de actividad moderada, supervisada y una actitud proactiva al cambio en lo que a la gestión de como afrontamos las gestiones y toma de decisiones de nuestro día a día. La tensión muscular y, con el tiempo, la atrofia muscular debida al desuso del cuerpo, favorecen las afecciones musculoesqueléticas crónicas relacionadas con el estrés.

Se ha demostrado que las técnicas de relajación y otras actividades y terapias para aliviar el estrés reducen eficazmente la tensión muscular, disminuyen la incidencia de ciertos trastornos relacionados con el estrés, como el dolor de cabeza, y aumentan la sensación de bienestar. En el caso de las personas que padecen dolores crónicos, se ha demostrado que las actividades para aliviar el estrés mejoran el estado de ánimo y el funcionamiento diario.

Uno de los masajes que más recomendamos para el sistema musculo-esquelético, que trabaja sobre el cuerpo físico, regenerando el colágeno del intersticio y sobre el cuerpo energético, lierando la energía estancada, es la técnica de masaje TNDR.. del Dr Cayo Martín, un gran Médico al que en KōAN Club apreciamos muchisimo por su gran aportación a la nueva medicina o BIO·MEDICINA y su apoyo al nuestro CLUB.

 

RESPIRA!

El sistema respiratorio suministra oxígeno a las células y elimina los residuos de dióxido de carbono del cuerpo. El aire entra por la nariz y pasa por la laringe en la garganta, baja por la tráquea y llega a los pulmones a través de los bronquios. A continuación, los bronquiolos transfieren el oxígeno a los glóbulos rojos para su circulación.

El estrés y las emociones fuertes pueden presentar síntomas respiratorios, como falta de aire y respiración rápida, ya que la vía aérea entre la nariz y los pulmones se contrae. Para las personas sin enfermedades respiratorias, esto no suele ser un problema, ya que el cuerpo puede gestionar el trabajo adicional para respirar cómodamente, pero los factores de estrés psicológico pueden exacerbar los problemas respiratorios de las personas con enfermedades respiratorias preexistentes, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC; incluye el enfisema y la bronquitis crónica).

Algunos estudios demuestran que un estrés agudo -como la muerte de un ser querido- puede desencadenar ataques de asma. Además, la respiración rápida -o hiperventilación- causada por el estrés puede provocar un ataque de pánico en alguien propenso a sufrirlo.

Trabajar con un terapeuta de EMO SALUD para desarrollar estrategias de relajación, respiración y otras estrategias cognitivo-conductuales puede ayudarte muchísimo a volver a respirar con normalidad y recuperar el buen funcionamiento de tu aparato respiratorio.

 

¿Qué son los adaptógenos y porqué son buenos para el estrés?

Como probablemente sabes, tu cuerpo está construido para liberar la hormona cortisol para responder al estrés, pero los niveles elevados de cortisol durante largos períodos de tiempo y el estrés crónico tal y como hemos comentado, pueden afectar a todos los sistemas fisiológicos de tu cuerpo, incluyendo la tiroides y las glándulas suprarrenales.

El estrés crónico a largo plazo conduce a la fatiga suprarrenal e incluso a problemas potencialmente más peligrosos, si no se trata a tiempo. Además de mantener el equilibrio de tu organismo e ir oxigenando y relajando tu intersticio mediante masajes y técnicas de respiración y relajación, desde KōAN recomendamos  trabajar la reducción de los niveles de cortisol a largo plazo mediante el uso de hierbas adaptógenas, una de las mezclas que más recomendamos y que hemos probado y funciona es la de BIONOBO, que además nos ofrecen con este código: KOANCLUB10 un 10% de descuento a todos nuestros lectores y socios. 

 

 

Los adaptógenos son compuestos extraídos de plantas que ayudan a regular la respuesta del organismo al estrés. Pueden proceder de hierbas, hongos y raíces, y muchos se han utilizado durante siglos en la medicina ayurvédica y china.

Los adaptógenos son una clase única de plantas curativas: Ayudan a equilibrar, restaurar y proteger el cuerpo normalizando las funciones fisiológicas.

El término de hierbas o sustancias adaptógenas fue registrado por primera vez en 1947 por N.V. Lazarev, un científico ruso, que lo utilizó para describir el efecto de aumento de la resistencia del cuerpo al estrés.

Los científicos afirman que los adaptógenos actúan sobre el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HPA) -la interacción entre el cerebro y las glándulas suprarrenales- y el sistema simpático-suprarrenal -la parte del sistema nervioso que ayuda a controlar la respuesta del organismo al estrés-. Según un artículo publicado en la revista Pharmaceuticals, los adaptógenos pueden ayudar a potenciar la atención y la resistencia en situaciones en las que la fatiga y/o la sensación de debilidad podrían disminuir el rendimiento. También pueden ayudar al organismo a resistir las alteraciones del sistema neuroendocrino e inmunitario inducidas por el estrés.

¿Para qué se utilizan los adaptógenos?

La respuesta corta: ayudan al cuerpo a lidiar con el estrés. Sin embargo, la respuesta más precisa es que los adaptógenos se utilizan para ayudar al cuerpo a mantener la fase de resistencia del síndrome de adaptación general durante más tiempo, ayudando a evitar la fase de agotamiento.

Entonces, ¿qué significa eso exactamente? Las 3 fases del estrés

Cuando nos enfrentamos a un factor de estrés (cualquier fuente de estrés mental o físico), nuestro cuerpo lo maneja a través de un proceso llamado síndrome de adaptación general (ARA). Este proceso consta de tres fases: alarma, resistencia y agotamiento.

La fase de alarma es la reacción de lucha o huida descrita anteriormente. Aparece algo preocupante, por lo que el ritmo cardíaco aumenta, la adrenalina bombea y se libera la hormona cortisol. Estos cambios hacen que te sientas alerta y con energía para poder protegerte de cualquier amenaza o peligro.

La etapa de resistencia es la que se produce justo después de luchar contra el “tiburón”, hacer el examen o terminar el entrenamiento. Tu cuerpo comienza a recuperarse del “trauma” del evento, volviendo tu presión arterial a la normalidad y eliminando la liberación de cortisol. Si la fuente de estrés desaparece por completo, el cuerpo volverá a su estado anterior al estrés. Sin embargo, si el estrés persiste durante mucho tiempo y sigues en alerta, tu cuerpo tratará de adaptarse a esta condición, reconociéndola como la nueva normalidad. En otras palabras, se aprende a vivir con el estrés. Esto es aceptable, hasta cierto punto, pero si tu cuerpo continúa en esta frontera entre la alarma y la resistencia durante mucho tiempo, sin espacio para una recuperación adecuada, el estrés superará al cuerpo y entrarás en la fase 3 del ARA: el agotamiento.

La fase de agotamiento es exactamente lo que parece. Puede que te sientas cansado, ansioso,  un estado de ánimo inestable y ser más susceptible a las enfermedades debido a un sistema inmunológico comprometido. En cualquier caso, si te encuentras en la fase de agotamiento, necesitas descansar, o sufriras un serio declive en la salud y el rendimiento.

 

 

Desde KōAN CLUB queremos hacer incapié en la PREVENCIÓN cómo la mejor herramienta de gestión de tu salud. porque tu salud es tuya, no del médico o terapeuta al que vas a vistar cuando ya no puedes más.

 

 

No pongas tu salud en manos de nadie. Conocer tu cuerpo, aprender a escucharlo y apoyarte en nuestras terapias ya sea de masaje, de gestión emocional, de nutrición, de herbolaria, medicina china o ayurveda es la mejor decisión para mantenerte en equilibrio el estado de felicidad!

 

 

Así que recuerda: STAY KōAN – STAY WITH YOU

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La flora intestinal te hace feliz!

30 diciembre 2021

Parece increíble, pero es cierto. La flora intestinal te hace feliz. Según los últimos estudios en neurociencia, la microbiota regula nuestros estados de bienestar y felicidad.

Casi el 90% de la producción de la serotonina es producida por los probióticos en el intestino. Por esta razón nos debemos propiciar un estilo de vida saludable que favorezca la aparición de una abundante y fuerte flora bacteriana. Condición fundamental para una potente comunicación intestino-cerebro.

Los órganos se comunican entre sí.

Estudios de la neurociencia han revelado que el cuerpo posee sentidos que le permiten obtener información del exterior y sentidos para obtener información del interior.  Estos últimos son un complejo sistema de comunicación que permite el intercambio permanente de información entre los órganos.  Cada órgano del cuerpo envía y recibe información del cerebro, comunicando su estado y funcionamiento a través del sistema interoceptivo. 

El sistema interoceptivo, el séptimo sentido!

Este sentido es exclusivamente interno, es la percepción del estado de los órganos internos del cuerpo, que experimentamos en forma de sensaciones. 

Este conjunto de  células especializadas o receptores que se encuentran ubicadas en casi todos los tejidos del cuerpo: corazón, pulmones, estómago, vejiga, genitales, músculos, piel, huesos, etc. Son receptores, recopilan información y la envían a través del nervio vago a un área del cerebro llamada ínsula.  La corteza insular, especialmente su porción más anterior, está relacionada con el sistema límbico. La ínsula se está convirtiendo en el foco de atención por su función en la experiencia subjetiva emocional y su representación en el cuerpo.

Las células sensoriales del sistema intero-receptivo reciben todas las señales y las integran en el hipotálamo; allí se “fabrican” las sensaciones “sed”, “hambre”, y nuestro cerebro usa la información entrante para ayudar a identificar condiciones como dolor, hambre, saciedad, picazón, frialdad, náuseas, esfuerzo físico, excitación sexual, ira, calma, etc. Esta información tiene prioridad para el cerebro y sirve para decirnos cómo nos sentimos.

 

Esto ya nos da pistas de porqué si las tribus de bacterias que conforman nuestra microbiota están felices, nuestro cerebro leerá FELICIDAD, y así hará actuar al resto de órganos.

Intestino sano – cerebro feliz

La comunicación que se establece entre el intestino y el cerebro

El estudio y análisis de la microbiota ha permitido comprender cómo el intestino se comunica con el cerebro a través de los mecanismos de la interocepción y aporta datos sobre su estructura y estado. Pero también reporta sobre la relación simbiótica que existe entre la flora bacteriana y su funcionamiento.  Esta comunicación se produce a dos niveles: a un nivel bioquímico y a un nivel electromagnético.  La novedad es que se ha determinado que:

  • La flora bacteriana realiza un conjunto de acciones que benefician la salud.
  • El cerebro y el intestino son sistemas electromagnéticos que se relacionan mutuamente, y 
  • El sistema electromagnético del intestino determina el funcionamiento del cerebro. Y lo hace a través de la regulación de las ondas Alfa.

En otras palabras, cuando el intestino funciona correctamente el cerebro funciona a plenitud.  Y se expresa en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo.

Somos holobiontes

Los holobiontes son entidades formadas por la asociación de diferentes especies que dan lugar a unidades ecológicas. Los seres humanos somos seres holobiontes porque en nuestros cuerpos cohabitan una cantidad enorme de microorganismos. Todo nuestro intestino está cubierto de hasta 2 kg de seres pequeñísimos: bacterias, levaduras y demás, que habitan en nuestro Colón.  Tenemos microorganismos que habitan y se depositan en diferentes pliegues importantes de la piel. Muy importante es la microbiota bucal y la microbiota uro vaginal. A eso es lo que le llamamos normalmente la probiótica

Análisis celular KōAN – el camino hacia la belleza Inside out.

Probióticos

Los probióticos pueden definirse como microorganismos vivos que, ingeridos en cantidad adecuada, ejercen efectos beneficiosos en la salud, más allá de los inherentes a la nutrición básica.  Los beneficios incluyen:

  • Inducción a pH inferior a 4, 
  • Inhibición del crecimiento de bacterias patógenas, 
  • Producción de ácido láctico, 
  • Disminución de la permeabilidad intestinal, 
  • Aumento en la actividad de la lactasa, 
  • Efecto competitivo en otras bacterias patógenas, 
  • Reducción en el tiempo de eliminación de rotavirus, 
  • Incremento en la producción de los linfocitos T helper, y 
  • Aumento de la inmunoglobulina A secretora. 

Las bacterias interactúan con nuestros sistemas 

La neurociencia, afirma la Dra. Nazaret Castellanos, Directora de investigación del laboratorio Nirakara, ha determinado que las bacterias del intestino interactúan con nuestro sistema endocrino, con nuestras hormonas, con nuestro sistema inmune y con nuestro sistema nervioso. Es muy importante estudiar cómo esas bacterias, que están en nuestro intestino, regulan las actividades de nuestras neuronas. Este es el fundamento de la neurociencia del bienestar.

Conoce más sobre las bacterias que forman nuestra microbiota en este artículo

https://www.koanclub.com/el-poder-curativo-de-la-colaboracion-1a-parte-la-teoria-de-la-bacteria/

La neurociencia del bienestar

La nueva ciencia que nos habla de nuestros hábitos saludables. Porque la microbiota que tenemos en el cuerpo está muy influenciada por nuestro estilo de vida. La dieta, el ejercicio físico que hacemos, los niveles de contaminación que hay en nuestro entorno, hasta por la forma en que nacimos. La manera cómo gestionamos nuestro estrés afecta nuestra microbiota, la cual es tremendamente sensible al cortisol, esa sustancia que manda la pituitaria. La cual al llegar al intestino genera toda una reorganización. La interacción intestino-cerebro revela el impacto que tiene nuestro estilo de vida dentro de nosotros.

Las microbiotas regulan las neuronas

Está sólidamente demostrada la comunicación  bioquímica entre nuestro intestino y nuestro cerebro. Los neurotransmisores en el cerebro, esos paquetes de información que se pasan las neuronas unas a otras, está muy regulado por la actividad de nuestra microbiota. En especial, con el neurotransmisor de la serotonina que también se llama hormona o neurotransmisor de la felicidad. Casi el 90% de  la serotonina se producen en el  intestino llega al cerebro y por tanto cambia la comunicación de nuestras neuronas.

En  KŌAN Club te brindamos la asesoría necesaria para alcanzar un estilo de vida saludable que favorezca la salud y la alegría en tu vida.

 

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