Hurge Surfing, surfeando comportamientos no deseados ¿Cómo practicar los koans Zen?

29 octubre 2022

El Hurge surfing, o surfing de emociones e impulsos es la técnica que empleamos en KōAN para controlar los propios comportamientos no deseados.

En lugar de ceder a un impulso, te mostramos como surfearlo, como un surfista que cabalga una ola, y, verás que al igual que una ola, (as well) al cabo de poco tiempo, el impulso pasa por sí solo.

Nuestra técnica de hurge surfing puede utilizarse para detener o reducir el consumo de drogas y alcohol, las reacciones emocionales o impulsos como “explotar” cuando un@ se enfada, cuando se siente fustrado o cuando alguna situación le crea inseguridad, miedo, culpa o vergüenza y otros comportamientos y vicios que nos generan malestar y situaciones no deseadas.

Nuestra guía de Urge Surfing describe cómo funcionan los impulsos y cómo “surfearlos” eficazmente. Al igual que las olas del mar, los impulsos aumentan gradualmente su intensidad, alcanzan su punto máximo y luego se desvanecen.

Esta hoja de trabajo te enseña a utilizar la atención plena como herramienta para aceptar un impulso y su malestar, en lugar de intentar suprimirlo.

Mientras se sobrelleva un impulso, puede ser útil practicar las habilidades básicas de prevención de recaídas. Esta guía también ofrece educación sobre el manejo de los desencadenantes y el uso de la demora y la distracción.

Antes de realizar la práctica de Hurge Surfing o surfing de impulsos y emociones, un@ debe tener una idea de sus desencadenantes y la capacidad de reconocer los impulsos. Como cualquier otra habilidad, el urge surfing requiere práctica para ser dominado. Mientras se practica, hay que tener en cuenta que es normal experimentar un malestar emocional mientras se supera un impulso, pero ceder no es la única forma de eliminar ese malestar.

El Hurge surfing o surfing de los impulsos o de las emociones es muy popular en el tratamiento de las adicciones, como habilidad de tolerancia a la angustia en la terapia conductual dialéctica (TDC), y como herramienta para la gestión emocional en muchas otras disciplinas (por ejemplo, ACT, TCC).

Ah, y una última pizca de optimismo: Cuando los impulsos no se alimentan, los futuros impulsos se debilitan gradualmente. Las primeras olas son algunas de las más difíciles de montar.

Consulta nuestros ejercicios de audio Urge Surfing para tener una versión guiada de esta técnica. en nuestra àrea de contenidos de belleza interior para la tribu KōAN AQUÍ

 

Practiquemos el koan: La moneda perdida en el río se encuentra en el río.

¿Cómo practicar los koans Zen?

Un koan es una pequeña historia sanadora, una conversación, una imagen, un fragmento de canción. Es algo que te hace compañía estés haciendo lo que estés haciendo. Hay una tradición del estudio de koans para transformar el corazón y el modo en el que te mueves en el mundo.

El camino se trata de aprender a amar esta vida, la que tienes ahora. Luego es fácil amar a los demás, la otra cosa de la cual se trata la práctica.

Los koans realmente no explican las cosas. En vez de eso, nos muestran algo al abrirnos una puerta. Tú caminas a través de la puerta y tomas el viaje. Antes de que nada sea explicado, hay cielo, tierra, bosques y mar, peces y pájaros, ríos, ratas y cucarachas, la ciudad de Barcelona. Y tú eres parte de todo eso. Todos somos parte de eso. En la tierra de los koans, ves que todo lo que sucede en tu vida sucede para ti. No hay nadie más para quien pueda ser. Tu vida cuenta.

Es familiar buscar cosas que ya conocemos, pero la meditación significa dar un paso más allá de esto. No se trata de entrenar tu mente porque eso es algo de lo que ya sabes. Lo que se requiere es más extrañeza y también menos esfuerzo; está fuera de lo fácil o lo duro, del ayer o del mañana.

Quizás pienses que la meditación es difícil –que tu misión como meditador es cambiar tu mente acerca de la realidad y ver a través de tus ilusiones. Pero la ambición de mejorar tu estado mental es parte de la consciencia que encuentra errores en sí misma y que vive en el dolor.

Con el koan es diferente. Sólo mantienes compañía con el koan, y éste llevará tu atención a algo que tú ya tienes, pero quizás no valorabas. La realidad está de tu lado. Además para quienes consideran que meditar no es para ellos, porque no saben hacerlo, recomendamos empezar a meditar a través del masaje koan: el mindfullness massage.

Hay muchos koans. Si has escuchado un koan y éste ha permanecido contigo, puedes tratar con ese mismo. Puede ser como una canción que se te pegó –te agarra y no te deja ir. De esta manera, un koan te puede elegir. Es para ti del modo en el que tu vida es para ti. Realmente no importa la opinión de los demás.  Si ningún koan te ha atrapado lo suficiente, aquí hay uno que puedes intentar:

La moneda perdida en el río se encuentra en el río. 

¿Cómo trabajamos con este koan?

1. Primero que nada, no trates demasiado fuerte.

Sólo repite las palabras del koan para ti mismo por un ratito.

La moneda que se perdió en el río se encuentra en el río.

Estás entrando a una conversación atemporal y estás haciendo una relación con el koan, así que puedes dejar que todo suceda sin preocuparte por ello.

2. Te presentas

Ten la vida que tienes, y deja que el koan entre en ella. Piensa en el koan como un juego. Todos quieren desarrollar la meditación como una habilidad, pero desarrollar una habilidad es sólo hacer tu vida más pequeña de lo que es. Antes que eso, la meditación es presentarte a tu propia vida. Es algo personal; algo en tu vida va a surgir para encontrarse con la moneda que estaba perdida. No será lo que esperabas.

 

3. Confía en lo que no conoces.

Usualmente, si queremos entender algo vamos al librero y encontramos la repisa con la etiqueta adecuada. Si hacemos eso con la meditación, aún estaremos fuera de nuestras propias vidas. En vez de eso, puedes dejar que el koan entre en tu corazón y en tu cuerpo. Permite que te cambie.

4. Experimenta.

Enamórate del koan, comete errores, trata de malentenderlo, encuentra sus virtudes. No puedes romper un koan. Hazte preguntas: “¿Esto es una moneda?” “¿Hay algo realmente perdido?”.

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5. El koan puede ser tu amigo.

Puede ser el perro fiel que te sigue a todas partes. Así que puedes dejar de pelearte. El sólo preguntarte acerca de la moneda te va a cambiar; vas a empezar a notarla en todas partes. Mantén la compañía del koan en cualquier cosa que estés haciendo; incluso cuando duermes puede estar ahí, una amabilidad desapercibida.

6. Cualquier parte del koan es todo el koan.

Tu mente presenta todo tipo de cosas –monedas, lo perdido y encontrado, un tesoro escondido, el río que corre incesantemente. La pérdida es, en sí misma, un tipo de moneda. Incluso si estás delirando, o muriendo, o simplemente muy excitado, el oro va a estar ahí. La práctica es así de robusta. Secretamente, dentro de cualquier estado está el destello de algo que siempre ha estado ahí. Tú sólo te presentas en cualquier condición en la que estés y empiezas a notar.

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7. No necesitas un estado mental especial.

Hay muchos estados mentales de calma y claridad, pero la meditación no se trata de perseguirlos. La meditación ocurre antes de que cualquier estado mental se fije.

8. Ten confianza en ti mismo.

La cuestión más importante es no juzgar, criticar, evaluar o encontrar culpa con lo que sea que surja en tu mente. Esto incluye el cómo te está yendo con el koan. Si no puedes evitarlo y te juzgas, criticas, evalúas y encuentras culpa en ti mismo, no critiques esto. Que la compasión tenga un lugar por dónde entrar.

¿Alguna sugerencia final para intentarlo?

Podemos ir hacia cualquier cosa que surja. Ningún momento de la vida está equivocado o carece de valor suficiente. Cada ser sintiente tiene un tesoro que nunca ha sido perdido. Está bien disfrutar tu koan, permitirle convertirse en ti mismo, que te de gozo y disfrute. ¡Ah, la moneda!

Quizás lo estés haciendo bien.

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