El envejecimiento es un proceso caracterizado por la pérdida progresiva de la función de tejidos y órganos. Probablemente ya has oído hablar de los radicales libres.
Pero ¿qué son exactamente?¿Qué función desempeñan?¿Podemos hacer algo para frenar el envejecimiento prematuro y mejorar nuestra calidad de vida?
Bien, pues en este artículo te contamos como mantener los radicales libres a raya y frenar el envejecimiento prematuro, mejorando así la belleza interior y en consecuencia la exterior, para conseguir matenernos jóvenes y sanos el máximo de tiempo posible.
¿Qué son los radicales libres?
Pues se trata de unas moléculas extremadamente reactivas que produce el propio organismo durante los diferentes procesos metabólicos.
Cuando el cuerpo está en equilibrio es capaz de reparar rápidamente cualquier daño causado por esos radicales libres gracias a muchas enzimas antioxidantes que posee, como son la superóxido dismutasa, la catalasa y la glutatión peroxidasa. Sin embargo, también hay otros antioxidantes que llegan al organismo desde fuera, por vía alimentaria. Entre estos, los denominados “antioxidantes exógenos”, destacan muchos de los que vas a ir conociendo en este artículo.
Pero antes de eso permíteme profundizar un poquito en el proceso natural del envejecimiento del organismo.
¿Porque envejecemos?
Pues aunque parezca mentida, el funcionamiento del organismo es de una lógica aplastante. Existe una teoría, la teoría del estrés oxidativo que considera que el envejecimiento y el desarrollo no son fases distintas de la vida, sino más bien que el envejecimiento es la etapa final del desarrollo y explica claramente que los fallos funcionales asociados con la edad se deben a la acumulación de daños inducidos por estos radicales libres.
En bioquímica se considera oxidación a todo proceso en el que ocurre pérdida de electrones (e–), captación de oxígeno o una cesión de hidrógeno (deshidrogenación) y reducción a aquel otro en el cual se captan electrones o se pierden oxígenos. Todo proceso de oxidación va siempre acompañado de otro de reducción. Son reacción de óxido-reducción o reacciones redox entre pares conjugados. Así que podemos decir que el simple hecho de respirar genera oxidación, en otras palabras: desgaste.
Las células aeróbicas, al captar la molécula oxígeno (O2) imprescindible para la viabilidad celular por su papel como aceptor final de la cadena transportadora de electrones (CTE) en la respiración mitocondrial, producen una reducción parcial de este oxígeno y además de originar agua (H2O) como producto final, se generan Radicales Libres (RL). Un exceso de RL rompe el equilibrio celular dando lugar al inicio de una serie de reacciones químicas que pueden conducir a la aparición de graves desórdenes fisiológicos y la agudización de la enfermedad o incluso alterar el desempeño físico o psíquico de una persona supuestamente sana
Lo nocivo no es que se generen radicales libres en el organismo, fenómeno que ocurre con el simple hecho de respirar, sino que exista un desequilibrio entre su producción y su eliminación, que es lo que determina que aparezca o no la enfermedad. Aquí es donde juega un importante papel los mecanismos antioxidantes, encargados de la eliminación de estos RL – radicales libres.
Así pues, lo que está claro es que el estrés oxidativo no solo envejece la piel, sino que también deteriora las células internas del cuerpo y todos sus sistemas. Y en muchos casos lo hace a través de procesos inflamatorios de todo tipo.
Por lo que podemos decir que todos los desequiibrios asociados a la edad y a la inflamación del organismo tienen como fuente principal el estrés oxidativo; el alzhéimer y la demencia, la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, arterioesclerosis, la degeneración macular, la enfermedad pulmonar obstructiva – EPOC– la insuficiencia renal, los tumores, las hernias…
Para evitar el exceso de radicales libres existe una serie de defensas antioxidantes, unas son endógenas, como el glutatión y las enzimas antioxidantes, y otras son exógenas, como las vitaminas E, C y los carotenoides. Asimismo, la administración de antioxidantes o de precursores del glutatión es muy importante para prevenir el envejecimiento.
¿Cómo podemos ayudar a nuestro organismo a eliminar los radicales libres?
En KōAN Club, siempre hablamos de lo mismo, y es que no hay secreto, se trata de escuchar a tu cuerpo y tratarlo con amor y respeto.
- Tener una alimentación sana. Evitando el consumo excesivo de azúcar, alcohol y alimentos mega-procesados, es decir que no son biodisponibles y que nuestras células no reconocen. ¿que hace nuestra célula con un conservante? ¿o con un pegamento como el gluten? no lo puede aprovechar en beneficio propio, por lo que lo desecha generando RL o EROs.
- Evitar el tabaco o la adicción a los fármacos o a la cómida compulsiva. Existen terapias como la hipnosis o la terapia de meditación consciente a través del masaje: el Hurge surfing, que al desbloquear ciertas creencias limitantes que son las que nos impulsan a las adicciones automáticamente nos liberan de ellas, sin necesidad de pasar por el sufrimiento que puede conyebar la abstinencia de la adicción que esconde el desequilibrio real.
- La ausencia de ejercicio físico o OJO, también el exceso, algo que muchas veces no tenemos en cuenta.
- La sobre exposición al sol y a cualquier tipo de radiación, con respecto al sol hay que tener en cuenta el balance riesgo-beneficio de la exposición solar, ya que es la fuente más eficiente de vitamina D para el organismo. Y hay que recordar que, aunque esta vitamina sorprendentemente no haya demostrado propiedades antioxidantes(2), sí está relacionada con la prevención de la mayoría de enfermedades asociadas al envejecimiento.
- Vivir en constante estado de ansiedad, el estrés crónico. Provoca que nuestros musculos se tensen y no dejen pasar el oxígeno a nuestros órganos. cómo podrás leer en el artículo: Efectos del estrés en el cuerpo – EL INTERSTICIO. Los avances en Biomedicina, os traen terapias como la Neural, para relajar el sistema nerviosas y disminuir la iflamación y el dolor o el cocktail de Myers, que se administra por via venosa mediante un suero, son terapias muy, muy beneficiosas, ya que además de desinflamar el organismo, lo empujan a su proceso natural de regeneración.
- Mantener el equilibrio energético de nuestros órganos a través de terápias como la acupuntura, la reflexología podal, los masajes ayurvédicos o la osteópatia Visceral.
- Mantener el equilibrio emocional a través del Mindfullness masage de Koan alimentándonos así de emociones positivas.
Nutrición antienvejecimiento. Come fruta para mantenerte joven y sano el máximo de tiempo posible!
Para combatir los efectos del envejecimiento que hemos ido viendo hasta aquí es crucial que, a partir de cierta edad, uno se asegure de que a través de la dieta consigue todos los antioxidantes exógenos que su organismo necesita. Ahora bien, también es cierto que cada vez es más difícil obtener algunos antioxidantes a través de la alimentación.
Aquí te dejamos una guía de los antioxidantes que no pueden faltarnos en nuestra dieta.
1. Vitamina A
Sin duda es uno de los antioxidantes más estudiados junto con su eterno precursor, el betacaroteno, así como con las vitaminas C y E. En este sentido, se han realizado varios estudios observacionales extensos sobre el efecto de la ingesta de diferentes vitaminas y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los cuales sugieren que un mayor consumo vitamínico reduce significativamente el riesgo de desarrollar este tipo de patologías.
En concreto la vitamina A (o “retinol”) es liposoluble y posee un rol esencial a la hora de mantener la salud ocular y la vista. Pero también fortalece el sistema inmune y ayuda a mantener
el crecimiento y la regeneración celular(3) en el conjunto del organismo.
Son alimentos ricos en vitamina A el boniato, la zanahoria, la verdura de hoja verde, la calabaza, el orégano, el perejil, la albahaca…
Respecto al betacaroteno -precursor de la vitamina A, ya que una vez dentro del cuerpo se convierte en retinol-, decir que tiene la propiedad de fortalecer el sistema inmunológico y prevenir la inflamación y el daño celular (incluido el provocado por la radiación UV del sol)
Entre los alimentos especialmente ricos en betacaroteno destacan la papaya, la baya de goji, la zanahoria, el boniato, la espinaca, la col kale, el pimiento rojo, el albaricoque, el melocotón, el berro…
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2. Luteína
La luteína es uno de los dos principales carotenoides (pigmentos orgánicos) que se encuentran en el ojo humano; en concreto, en la mácula y en la retina. Funciona como un filtro de luz, protegiendo los tejidos del ojo del daño que produce la radiación solar.
Y al mismo tiempo combate los radicales libres que esta puede ocasionar a nivel ocular, ayudando a prevenir tanto la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) como la aparición y el desarrollo de cataratas.
Los alimentos más ricos en luteína son la yema de huevo, la espinaca, la col rizada, el maíz, el pimiento, la naranja, el kiwi, la uva, elcalabacín y la calabaza.
3. Licopeno
Al igual que la luteína, se trata de un pigmento orgánico de tipo carotenoide. Ha demostrado que ofrece una gran protección frente al daño oxidativo sobre el ADN y sobre las proteínas y los lípidos, por lo que también garantiza beneficios para la salud cardíaca. Pero además es beneficioso también para la vista y para la piel, al proteger de los radicales libres que se producen con la radiación UV
El licopeno se encuentra principalmente en el tomate, la sandía, la naranja sanguina, el pomelo, el albaricoque, el escaramujo y la guayaba.
4. Vitamina C
Es un excelente antioxidante (y, aligual que la vitamina A, liposoluble)capaz de combatir eficazmente losradicales libres. De hecho, protege la piel de los rayos UVA y combate tanto los radicales libres externos como los endógenos.
Por otro lado, también ayuda a absorber correctamente el hierro no hemo (es decir, el de procedencia vegetal) y coopera con la regeneración de la vitamina E(7), otro excepcional antioxidante muy presente en las pipas de girasol, las espinacas, las almendras, las avellanas, los tomates y el brócoli.
Son sobre todo ricos en vitamina C los frutos cítricos como los pomelos, las naranjas y los limones. También los pimientos, el melón, las fresas y los frutos rojos, la verdura de hoja verde, el brócoli, el kiwi y ciertas plantas que se pueden encontrar fácilmente en forma de complemento, como la acerola, el escaramujo y el camu-camu.
5. Vitamina K
La vitamina K es un potencial antioxidante y antiinflamatorio con propiedades para ayudar a la coagulación sanguínea, este es el punto clave por el cual es de vital importancia para reducir círculos negros según el tipo de ojeras que tienes. De igual manera es benéfico para metabolismo celular. Ayuda también a una rápida cicatrización de heridas por la formación de colágeno y vasos sanguíneos.
Bien pues, de momento ya hemos aprendido que comer fruta nos aporta vitaminas, sales minerales, antioxidantes y fibra; además es baja en calorías y favorece la eliminación de toxinas del organismo.
“Las frutas y verduras aportan especialmente la vitamina A y C, son fundamentales para la prevención de enfermedades”
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